Llegando a Konoga

Maestros en el control sobre la piedra más dura o la tierra más fina, artesanos y artistas en el combate defensivo/ofensivo involucrando el agua más fría o los vientos más feroces, defensores acérrimos del trabajo duro y la paz con el fuego más potente; estas son algunas de las características que describen e incluyen en un grupo selecto a los ninjas de Konohagakure, un lugar apacible y lleno de personas cálidas, mas no por ello deben ser considerados débiles ni subestimados, bajo ese manto de cordialidad reposan bestias con un carácter indomable que encierra "La voluntad del Fuego", siendo aguerridos contendientes a enfrentar en batalla y excelentes camaradas. Un poder más allá de la imaginación recorre los frondozos bosques del País del Fuego, este se encuentra oculto en un valle impenetrable por el humano común, incluso el más habido ninja podría sucumbir ante la idea de atravesar las murallas constituidas por los minerales más duros, formados y extraídos de las mismas entrañas del planeta. Que tras largas horas finalmente el Raikage llamado Minato Namikaze llegaba a la aldea de Konohagakure.

Erigido naturalmente en una falla entre las montañas, que dividen al exterior de la fortaleza blindada de Konohagakure, existe un único paso de acceso a la misma por la vía terrestre. La hendidura entre las murallas que rodean la aldea se estima de unos cincuenta metros de altura en donde continúan los picos del altozano llegando a raspar algunas nubes en su paso. Las montañas son parte de un cerro de gran tamaño y aún en proceso de crecimiento que se ve oculto en la espesura de los bosques colindantes, característicos y vitales en la geografía del país.

Aquel espacio con el que se topan los visitantes ni bien ingresan se trata de un pasillo que posee un largo de unos cien metros entre inicio y fin, mostrando a los visitantes durante su recorrido un trabajo decorativo en las paredes que se elevan hasta casi bloquear el acceso de luz solar. Algunos árboles robustos y amenazadores se asoman y entrelazan en las alturas de los muros mientras que por lo bajo puede observarse un mural tallado en la roca, este cuenta historias y leyendas de grandes shinobis que habitaron en los albores del tiempo el país del fuego cuando apenas era un puñado de aldeas divididas por la guerra. Para atravesar aquel pasadizo se debe cruzar un control establecido en la primera puerta, una inmensa elevación de roca, madera y cemento que se subdivide en una pequeña escotilla de ingreso, la totalidad del imponente bloque cubre la mitad de la altura total de los muros (unos veinticinco metros) mientras que la escotilla posee diez metros de alto por diez de ancho, la misma es resguardada por un gran número de soldados distribuidos estratégicamente por las paredes del lugar y las mismas puertas. Allí los visitantes luego de maravillarse con las esculturas y tallados en la pared deben aclarar sus intenciones de ingreso y registrar en un documento el mismo para poder continuar su camino. Una vez permitido el ingreso al valle se encuentran con la sección periférica de la aldea, esta se mantiene separada y protegida de posibles amenazas del exterior acorazada por murallas de treinta metros de altura y, a su vez, estas rodean la villa en su totalidad dentro del valle rodeado por parte del bosque y un río que la atraviesa.

Nuevamente se topan con una segunda entrada, aquí existe un nuevo control por parte de los shinobis guardianes de la entrada en donde simplemente algunos ninjas sensores buscan posibles amenazas no encontradas en el primer chequeo. Las puertas de la aldea son de madera con tonalidades verdosas y con algunos detalles rústicos en su cuerpo macizo, con Kanjis que muestran "Aldea de la Hoja" mientras en la cúspide de las mismas reposan dragones de madera tallada y adornados con colores típicos de la región. Luego solo les resta conocer el esplendor de una tierra apacible, labrada y levantada desde sus cimientos por todos los integrantes de la aldea en comunión. Tras entrar por la puerta nombrandose Raikage, le dejan pasar sin dudar sobre el mientras que se dirigia al despacho del Hokage.