Oficina del Kazekage

Sandaime Kazekage el segungo lider sunagakure, el símbolo donde están plasmados los sueños e ideas de cada aldeano, la persona con una afinidad y liderazgo suficiente como para cargar con la responsabilidad de miles de vidas. Fran era el nombre del Nidaime y aunque era un chico joven sabia que era lo que debía hacer y tenia muchos planes para que sungakure se recuperara de la crisis que sufrió esta con la perdida del primer Kazekage.



El kazekage se encontraba en la oficina pensativo, estudiando como empezar para para devolver a suna a su época de auge, el escritorio era medianamente grande con una cristalera a su espalda por donde se podía observar casi toda sunagakure, había un escritorio en la misma habitación con algunos libros y so gorro y ropaje de kage estaban en un colgador a un lado de la habitación.



También había una habitación aparte que era donde el kazekage tomaba su tiempo libre para leer o estudiar, una actividad que siempre le gusto, tenia una mesa mas amplia dos o tres estanterías llenas de libros y unas ventanas circulares de tamaño pequeño, esta pequeña biblioteca era personal del Nidaime y en la cual solo entraba el o gente autorizada por el.

Era hermoso para estar en Sunagakure, el viento soplaba levantando la arena del desierto haciendo un poco difícil el caminar por las calles de la gran aldea que era Sunagakure no Sato, por otro lado yo me encontraba caminando hacia el despacho del Kazekage esperando poder obtener cosas para hacer ya que el día era aburrido y tranquilo. Subía escaleras como loco comenzando a sudar y a aburrirme aun mas... sin embargo me preguntaba el como era el Kazekage ya que nunca había tenido la oportunidad verle de cerca... solamente cuando salía hacia afuera y desde lejos por que tenía que cumplir con los labores en la zona de mi clan... al subir y subir escaleras durante aproximadamente unos 10 minutos llegue a la ultima puerta de todo el edificio... la puerta del despacho del Kazekage, tome la perilla con mi mano derecha y la gire un poco para abrirla.. había sonado el típico sonido de una puerta al abrirse y a el segundo la empuje con la mano aun sosteniendo tranquilamente la perilla de aquella puerta.